sábado, 21 de noviembre de 2009

Ergonomía forense o ergonomía legal

El término "Ergonomía Forense" hace referencia a la aplicación de los conocimientos del campo de la Ergonomía y la Psicosociología Aplicada a los asuntos legales; es decir: los especialistas en esta disciplina, ergónomos o ergonomistas, son los profesionales competentes para aportar su testimonio en los juicios sobre los daños causados a la persona en el marco de la actividad laboral, o en la relación con los objetos y artefactos en la condición de usuario.

Su actuación en el proceso judicial está regulado en la sección V de la Ley de Enjuiciamiento Civil y su intervención puede ser, a demanda de las partes o propuesta por el tribunal, entre aquellos que figuran en el listado remitido por la asociación profesional de ergónomos, en cada comunidad autónoma.

Los accidentes de trabajo en nuestro país no han tenido una evolución acorde con las expectativas puestas en la normativa sobre prevención de riesgos laborales. Por muchas razones que se han dado intentando explicar las causas de tal incremento (precariedad laboral, abuso de la subcontratación, aumento de la actividad económica, etc.), y aún cuando no existan soluciones mágicas, desde la perspectiva ergonómica o de la ingeniería del factor humano, entiendo que no habrá freno hasta que la prevención no sea realmente integral e integrada y se siga sin tener en cuenta el modelo preventivo que determina la Ley 31/1995.

Si en la realidad preventiva seguimos sin considerar de forma seria las condiciones del trabajo, el factor humano, los aspectos organizativos, la intensidad del trabajo, la duración de la jornada o la formación, por poner algunos ejemplos, seguiremos teniendo fuera de control los accidentes laborales. Cuando relegamos la Ergonomía a las pantallas o a la manipulación de cargas, estamos desintegrando la prevención, ignorando, en el supuesto de continuar con la simple asignación-relación lineal de reales decretos y disciplinas, cuáles son más "ergonómicos": el Real Decreto 1215/1997 sobre equipos de trabajo, el Real Decreto 773/1997 o el Real Decreto 486/1997 sobre lugares de trabajo.

O se comprende y facilita la práctica de la Ergonomía y la Psicosociología Aplicada o continuaremos lamentando los accidentes y los empresarios deberán seguir asumiendo el sobrecoste de la ineficacia preventiva. El recargo de prestaciones (Art. 123 de la Ley General de Seguridad Social) consiste en la imposición de un recargo de, entre un 30% y un 50%, según la gravedad de la falta, a todas las prestaciones económicas de la Seguridad Social, cuando las lesiones constitutivas del accidente de trabajo o la enfermedad profesional hayan sido producidas por el incumplimiento general o parcial de las medidas de seguridad e higiene en el trabajo.

Con el déficit ergonómico señalado, el ergónomo actúa como perito para reconstruir el accidente. Se analiza la multicausalidad (pese la paradoja del recargo: una causa eficiente), sin confundir las causas básicas con las causas inmediatas. Por ejemplo, la causa inmediata de un accidente puede ser la falta de una prenda de protección, pero la causa básica puede ser que la prenda de protección no se utilice porque no sea ergonómica (inconfortable o inadaptada para la actividad)

La reconstrucción de los accidentes de trabajo implica el análisis documental, la observación y la entrevista con los involucrados en el accidente se impliquen en conocer las verdaderas causas.

Que todavía en nuestro país alguien con competencias en prevención de riesgos siga relacionando ergonomía y confort evidencia una magnifica muestra de su incompetencia. Aumentan cada año las patologías osteomusculares y articulares, más rápidamente que el reconocimiento de su origen laboral, pese a la nueva normativa sobre enfermedades profesionales. Se requiere analizar la actividad de trabajo y relacionar factores de riesgo y daño. Las dificultades existentes para determinar con certeza las causas especificas relacionadas con el trabajo, aunque existan otras no laborales, y luego relacionarla directamente con una exposición laboral, son mayores si no se cuenta con el informe de expertos imparciales y principalmente el del especialista en Ergonomía. La tarea de lograr un mayor reconocimiento jurídico y social de estas enfermedades pasa por una mayor ocupación de expertos en Ergonomía y Psicosociología Aplicada, junto con su inclusión dentro de los equipos de valoración de incapacidades (EVI).

Otro campo donde el oportunismo y la desorientación ha traído la decepción y la desestimación de las pretensiones de abogados y graduados sociales agitados por las olas mediáticas ha sido a propósito de los riesgos psicosociales.

Las consecuencias de un entorno de trabajo inadecuado pueden ser tanto físicas como psicológicas. De hecho, los riesgos laborales tradicionales -asociados a lesiones físicas- disminuyen, mientras que aumentan los síntomas relacionados con el estrés y los estreses específicos mas populares: el acoso psicológico en el trabajo (mobbing) y el síndrome del quemado (burnout).

El mobbing no existe como riesgo laboral, por mucho que todos hablen de él, si no se aborda desde la prevención de riesgos laborales. El burnout parece ser sin saber que es (riesgo, factor de riesgo, enfermedad, estrés,,,) cosa de los sanitarios, por ser el colectivo mas analizado, pero los funcionarios de prisiones y los docentes enferman mentalmente y, en algunos casos, les es reconocida la incapacidad laboral.

La prueba pericial en lo psicosocial exige, sin duda, relacionar factores de riesgo presentes en el ámbito laboral con consecuencias para el trabajador, y se requiere un enfoque multidisciplinar (psicólogos clínicos, abogados, médicos, psiquiatras, delegados de prevención, etc.).

La orientación de la especialidad de Ergonomía y Psicosociología aplicada al ámbito de la demostración científica del daño causado, es una expresión diferente de los valores de significación y de su carácter de penetración en la esencia de la prevención de riesgos laborales, pero también es la forma de construir nuestro nuevo campo de trabajo desde el reconocimiento de los errores en la gestión preventiva y las graves consecuencias que para las organizaciones conlleva no aprender a explotar las ventajas de la Ergonomía.



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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Si se jubila antes de los 55 años, rejuvenecerá

La investigación, recogida por "The Lancet", se basó en las estimaciones personales de más de 14.700 empleados de la compañía nacional de gas y electricidad de Francia; un 79% eran hombres. Con una periodicidad anual, los participantes rellenaron distintos cuestionarios en los que valoraron su salud durante un periodo de 15 años (siete antes de retirarse y siete después de la jubilación).

Los investigadores, procedentes de distintos centros europeos (como la Universidad de Estocolmo o Londres) y liderados por Hugo Westerlund, detectaron que la salud de los que se retiraron en torno a los 55 años mejoró marcadamente. "Entre el año anterior a la jubilación y el posterior, la prevalencia de una salud inadecuada cayó de un 19,2% a un 14,3%, lo que supuso una ganancia de unos ocho o 10 años de salud", indican.

Este "rejuvenecimiento" se detectó tanto en hombres como en mujeres y su efecto se mantuvo hasta siete años. Tan sólo un 2% de la muestra no experimentó este efecto protector de la jubilación; se trató principalmente de "sujetos con un alto cargo, baja demanda y alta satisfacción en el trabajo".

Durante los tres años anteriores a retirarse -un 72% lo hizo antes de los 56-, un 11% sufrió depresión, un 29% presentó dolores musculoesqueléticos y un 32% faltó más de 21 días por enfermedad. Estos factores mejoraron en la mayoría de los que se jubilaron pronto y que no estaban satisfechos en su trabajo.

Los menos satisfechos fueron los que más se beneficiaron

"Las altas exigencias, físicas o psicológicas" se relacionaron con una peor salud. Sin embargo, tras dejar el empleo, aquella presión se tradujo en una mayor probabilidad de disfrutar de los beneficios de la jubilación.

Según los autores del documento, uno de los principales puntos fuertes de su trabajo se basa en que se recopilaron datos de las mismas personas de forma anual, lo que permitió ver cómo fue evolucionando su salud, a la vez que se valoraron sus jornadas laborales.

Frente a estas consecuencias perjudiciales los investigadores se muestran optimistas: "Cuando es muy exigente y poco satisfactorio, el trabajo supone una carga añadida para nuestra salud. Pero, los efectos de este peso son reversibles".

En un comentario adjunto, también aparecido en "The Lancet", se incide en que las condiciones laborales de los trabajadores de la empresa francesa no siempre se dan en todas las empresas. Los participantes pudieron jubilarse de forma temprana y conservando un 80% de su pensión. Por eso, sería una buena idea contrastar los datos en investigaciones similares realizadas en otros ámbitos.

A pesar de ello, los firmantes de este artículo de opinión, procedentes de la Universidad de Düsseldorf (Alemania), subrayan el valor del estudio. "Sus resultados sugieren que la calidad de las tareas y del trabajo afecta fuertemente a la percepción de la salud y, por tanto, contribuye a la intención que tienen las personas de abandonar su empleo lo antes posible".

En este sentido, coinciden con los autores del documento científico en recomendar a las autoridades que mejoren las condiciones laborales (si lo que quieren es que los trabajadores se jubilen lo más tarde posible).

Fuente: elmundo.es 09/11/2009


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viernes, 13 de noviembre de 2009

Cuando el tobogán se puede covertir en un elemento de riesgo laboral

Siempre escuchamos hablar acerca de empresas que intentan mejorar las condiciones de sus empleados. Un comedor más grande, una silla ergonómica o más espacio en la mesa de trabajo. Pero ¿qué dirías si te hablo de toboganes, bañeras de hidromasaje o una partida de “Guitar Hero” a media mañana?


El día 7 de marzo aparecía en El País.com una extensa fotogalería sobre las nuevas oficinas de Google en Zurich (Suiza). Veamos algunas imágenes y seguimos hablando.


Este tobogán lleva directamente desde la zona de oficinas hasta el comedor: rápido, sin esperar colas.


El menú se cambia cada día. En el restaurante la cocina de autor cuanta con platos especiales para vegetarianos, por ejemplo.


La sala de relajación o water lounge procura oscuridad, tres acuarios con peces tropicales, sillones de masajes y una bañera para echar una siestecita.


En la recepción el tiempo de espera pasa más rápido jugando al “pin ball” o al billar.


Reuniones confortables y difíciles de olvidar.


¿Nos echamos unos vicios a la hora del café?

Bueno, ahora que has visto con tus propios ojos este complejo empresarial en el que el 60% del espacio se dedica al relax y el 40% al trabajo pensarás que tiene que haber algo escondido.

Parece que no. O así piensa el bloguer de El Mundo.es, Ángel Jiménez de Luis como expresó en el post que publicó el 6 de marzo durante su viaje a Suiza, viaje que aprovechó para visitar las mencionadas instalaciones de la compañía:

He tratado de convencerme de que hay problemas, de que hay una sala donde están encerrados los empleados que de verdad sufren, probablemente encadenados a la pantalla y con un látigo a la espalda. Pero han debido de pintarla de algún color chillón y han puesto pelotitas de colores en la puerta porque no hay forma de encontrarla. Esto es un paraíso laboral. La gente es tan asquerosamente feliz que da la impresión de que reparten Prozac en la cafetería.
 
“Entonces pagarán muy poco, está claro que el problema es el sueldo” estarás pensando. Bien, pues según indica la web Techcrunch, Google (y Facebook también) está contratando a clases enteras de licenciados en Stanford, algunos incluso aún no han terminado la carrera, co n sueldos medios que oscilan entre los 95.000$ y los 113.000$ .

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Su jefe puede ser un asesino

Su jefe le puede estar matando. Así que tenga mucho cuidado. Un mal líder no solo hace que se resienta la cuenta de resultados. Los que han trabajado para uno de estoskiller bossessaben bien de que hablamos; para los que no se lo crean del todo, algunos expertos se han empeñado en probar que un mal jefe perjudica seriamente la salud.

El caso de France Telecom, donde se han producido casi una treintena de suicidios en el último año y medio, es el más extremo. Uno de los últimos fallecidos, un francés de 51 anos, casado y con dos hijos, dejó una carta a su mujer en la que explicaba que tomó la decisión de quitarse la vida por "el clima en su empresa". Era el número 24.

Según un estudio de la consultora estadounidense Envisia Lerning, los empleados que calificaron a los líderes de la organización como eficaces se sentían más comprometidos y satisfechos con el trabajo. Además, tenían menos estrés y más ganas de seguir en la compañía que aquellos que evaluaron a sus jefes como menos efectivos. Es decir, un buen jefe repercute en la retención del talento, la motivación y en el estrés de sus empleados. Hasta ahí todo normal.



Lo verdaderamente preocupante es que los malos líderes impactaban en su salud física y psicológica. Según el psicólogo Kenneth Nowack, presidente de Envisia y socia en España de la consultora de Recursos Humanos People Excellence, "los empleados que trabajaban para jefes que consideran injustos tienen un 30% más de riesgo de padecer enfermedades coronarias. Así que un mal jefe puede llegar, literalmente, a matar a sus empleados".

Varios científicos han encontrado pruebas médicas que relacionan estrés y salud en el trabajo: los empleados que sufren conflictos interpersonales en el trabajo tienen más del doble de posibilidades de coger un resfriado. El sociólogo Stanley Cohen lo comprobó suministrando virus a varios voluntarios. Aquellos que declaraban estar a gusto en el trabajo enfermaron menos.

Con estos datos, no extraña demasiado que casi uno de cada cuatro empleados prefiriera arriesgarse a tener un jefe nuevo que seguir con el mismo, según un reciente estudio de la consultora Otto Wagner sobre liderazgo en empresas españolas. Los resultados del estudio, sobre más de 700 jefes, es que un 42% de ellos no está a la altura de su cargo, según sus empleados. El ratio de los mandamases realmente tóxicos es de un 6,2%. Estos son los killer bosses sin remedio.

Sin embargo, un 17% de los que lo hacen "muy mal", son jefes que podrían ser potencialmente buenos. "Hay jefes que podrían hacer bien su trabajo pero se pierden por el camino", explica Paco Muro, presidente de la consultora y director de investigación del estudio. "Eran buenos en su trabajo, pero al ascenderlos lo hacen mal porque nadie los ha preparado para saber mandar".

Según los expertos, la asignatura pendiente está sobre todo en la pequeña y mediana empresa, porque las multinacionales hace más tiempo que empezaron a preocuparse por la formación de liderazgo.

"¿Se imagina el liderazgo, la energía extra y la credibilidad que una empresa obtendría si eliminara de su equipo a todo jefe que no da la talla una vez se hubiera demostrado su incapacidad para mejorar?", concluye Muro.

Con la crisis ha aumentado la preocupación por el liderazgo en las empresas y los errores se miran con lupa. ¿Pero quién le pone el cascabel al (mal) jefe?

Fuente: Actualidad Económica (2009). Nº 2681

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martes, 3 de noviembre de 2009

Los trabajadores y la cultura preventiva

Como parte de la cultura de prevención que debe impregnar todos los aspectos laborales, las actitudes de los trabajadores en relación con su propia seguridad y la de sus compañeros, es una de las bases del éxito en la prevención de riesgos en los lugares de trabajo.
Las actitudes positivas del trabajador, encaminadas a la seguridad se traducen en:
Una buena disposición para aceptar las normas referentes a la seguridad y la salud.
Colaboración con el empresario en sus decisiones a favor de la prevención de riesgos.
Cooperación con los responsables de la seguridad de la empresa.
Hacer valer sus derechos en esta materia y denunciar las irregularidades o los abusos. Las actitudes positivas deben nacer de un auténtico convencimiento personal con respecto a la seguridad en el trabajo y con el buen hacer de cada uno se da un ejemplo que es el mejor modo de instaurar la cultura de la prevención.
Como ejemplo de las muchas actitudes positivas con respecto a la seguridad que debes adoptar, enumeramos algunas a modo de decálogo:
1. No te arriesgues. Corrige o da aviso de las condiciones peligrosas o inseguras.
2. El orden y la vigilancia dan seguridad al trabajo. Colabora para conseguirlo.
3. No uses máquinas sin estar autorizado.
4. Usa las herramientas adecuadas y cuida de su conservación. Al terminar el trabajo déjalas en el sitio adecuado.
5. No quites, sin autorización, ninguna protección de seguridad o señal de peligro. Piensa siempre en los demás.
6. Utiliza las prendas adecuadas para tu trabajo. Manténlas en buen estado.
7. Todas las heridas requieren atención. Acude al servicio médico o botiquín.
8. No gastes bromas en el trabajo. Si quieres que te respeten respeta a los demás.
9. No improvises. Sigue las instrucciones y cumple las normas. Si no las conoces, pregunta.
10. Presta atención en el trabajo que estás realizando. Atención en los minutos finales. La prisa es el mejor aliado del accidente.

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